Sobre la gentrificación.
Comúnmente llamado como proceso de “recuperación”, el fenómeno de la gentrificación consiste en pocas palabras en: hacer que un barrio se vuelva cool de la noche a la mañana. Este concepto fue denominado por Ruth Glass sobre la década de 1960 en Reino Unido.
Desde Bricklane en Londres, Lavapies en Madrid, New York en United States hasta La Merced en Ciudad de México y un largo etcétera, son o eran barrios populares de un nivel socioeconómico más bajo, en los que sus vecinos se han sometido o se están sometiendo a un desplazamiento forzoso.
Normalmente, el modus operandi es que las instituciones dejan de cuidar y de asistir en la mejora de un barrio en específico para que este se deteriore. Cuando esto ocurre, personas con más poder adquisitivo compran los inmuebles por un precio bastante bajo, los rehabilitan, invierten en su mejora para luego ofrecerlos en el mercado por un precio exponencialmente mayor por el que se vendió en un primer momento.
Se desplaza no sólo a las personas que ahí habitaban sino también su diversidad, su forma de vida, sus quehaceres diarios y profesionales. Se pierde la esencia de la memoria de un barrio-territorio en específico.
De esta forma, las personas con poder adquisitivo que sí pueden asumir la compra de estos inmuebles ven en la gentrificación una forma de crecimiento, avance, modernidad y prosperidad, haciendo de los barrios, ¿anónimos? nuevos lugares “de moda”.